Queridos parroquianos, ya lo veis, hoy estoy de estreno. Hace unos días, recibí una invitación procedente de los responsables de la revista digital multidisciplinar Reeditor.com, para que formase parte de su red de columnistas. Y me puse manos a la obra.
El resultado es un artículo más bien extenso que lleva por título:
Con la ternura propia de Pocoyó y una inteligencia sobrecogedora, los guionistas de esta original serie dedicada a la primera infancia abordan uno de los temas más escabrosos para los adultos y más difíciles de manejar con los niños: la realidad de la muerte. Podéis leer el artículo completo pinchando aquí.
De ahora en adelante, intentaré colaborar con cierta asiduidad en ese magnífico cruce de caminos que es Reeditor.com. Cada vez que publique allí, dejaré en esta Posada un enlace al artículo para que los que lo deseéis podáis leerme también allí. De todos modos, podéis registraos en su web totalmente gratis para seguir a los columnistas que más os gusten, dejar comentarios, señalar vuestros artículos favoritos...
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Muy certero en tu análisis de la sociedad actual; precisamente comentaba hace poco con alguien la tendencia que hay en la gente de nuestra edad y algo mayores a intentar prolongar la juventud, la adolescencia, negando de un plumazo todo lo que implica hacerse mayor en aras de conservar indefinidamente un estado cómodo, con responsabilidades mínimas, y al que se ha acostumbrado.
ResponderEliminarHe podido ver algunos capítulos cuando visito a mis primas, que tienen peques en casa, y el vídeo no es un caso aislado, a veces le sorprenden a uno con los mensajes que tiene, y lo bien que los transmite a los niños. (Por cierto, en inglés debe ser aún más curioso, al tener como narrador a Stephen Fry)
Tu avisa de estos artículos, que nos pasaremos a darte opinión :-)
Efectivamente, Eric, este video de Pocoyó no es la excepción en cuanto a profundidad de los mensajes. Se trata de una serie que aún nos sigue sorprendiendo por la calidad de sus pequeñas historias. Y en éste, una vez más, dan en el clavo. No nos engañemos, los niños a los que suele ir dirigido Pocoyó no están entendiendo la profundidad de lo que se les está transmiendo, pero la idea del globo que se va y no vuelve, es una imagen que cala. El niño se queda con la "anécdota", por así decirlo, pero son precisamente esas anécdotas las que van conformando un proceso de aprendizaje que en su momento surtirán efecto. Ahí está la clave, en no menospreciar el poder de los mensajes dentro del desarrollo acumulativo del pequeño.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Eric, y por estar siempre ahí. ¡Nos seguimos siguiendo! ;)